Esta espectacular obra esconde símbolos y detalles especiales. En el lado izquierdo, el hombre con los ojos cerrados, representa la frivolidad de lo material y el ritmo de vida donde estábamos sumergidos mirando solo nuestro propio ego sin valorar lo que tenemos delante de los ojos. La cara central es la realidad donde estamos inmersos: unos ojos perplejos cargados de un universo q no podemos disfrutar ni tocar: el brillo de la pupila es la luna, el punto azul la tierra y las estrellas. El círculo de la frente es el ciclo lunar que dura aproximadamente un mes como señal de una cuarentena que no sabemos su fin y el planeta tierra fracturado por el Covid19. Las estrellas son un guiño a todos los difuntos de esta pandemia. De su cuello salen raíces fuertes y profundas que son las ganas de vivir, de valorar lo que tenemos y darnos cuenta que el único oro es el que pisamos: la libertad. El lado derecho es la anciana. En su mirada triste está reflejada la muerte, ya q son los más vulnerables, lloran la soledad y el morir sin el calor de los suyos y de su boca sale la araña como miedo a la muerte. Mientras tanto debajo de ellos el mar más limpio que nunca y la naturaleza de nuevo nos devuelve un gran revés. El lado derecho de abajo arriba es del amanecer al atardecer y el lado izquierdo del atardecer al anochecer y de su rostro un balcón con vistas a la vida…